"Querer es poder” es la peor frase de autoayuda de la historia

¿Y aún te la siguen repitiendo verdad? Como si ayudase ¡Querer es poder! ¡Persigue tus sueños! ¡Cree en ti! Una vez más y me corto las venas.

Durante mucho tiempo he creído en esa frase y la he defendido como si me fuera la vida, pero las experiencias vividas te van sorprendiendo y de repente tus principios se tambalean.

Muchas veces me he encontrado en la situación de quedarme a las puertas de conseguir algo, de luchar hasta vaciarme y aún así no lograrlo. Y en esos momentos va alguien (normalmente con ganas de ayudar ;) y te suelta el “venga, tú sigue que querer es poder”. ¿En serio? Mira, no me vengas con ésas porque lo único que consigues es provocarme aún más ansiedad. Osea, ¿que si me va mal es porque no quiero que me vaya mejor? ¿me estás diciendo que el problema es que “no quiero”? Joder, es verdad, si es que soy tonto, cómo no me he dado cuenta! ¡¡Sólo tenía que querer!!

La importancia del “querer”

Es innegable que el “querer” tiene una fuerza brutal y que la motivación, la perseverancia, la ilusión y el optimismo son las principales fuerzas conseguidoras. Ejemplos de esto hay mil, seguro que cerca de ti conoces a alguien que “la siguió y la consiguió”. Como decía Séneca “No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas”.

Fíjate por ejemplo en Einstein, el genio de la teoría de la relatividad no aprendió a hablar hasta los 3 años, la gente le daba por retrasado. Y sin embargo mira, ahí le tienes, Premio Nobel de Física. O un caso más cercano, el de Pablo Pineda, que dejó al mundo con la boca abierta siendo el primer europeo con síndrome de Down en conseguir un título universitario.

Lo que está claro es que “querer” es el primer paso para acercarte a tus sueños y objetivos. Tener claro lo que quieres y cuánto lo deseas es fundamental, y no parar nunca de luchar por tus sueños. La mayoría de las veces la fuerza está en no rendirse, eso espero que lo tengamos ya claro a estas alturas. Sigamos rompiendo estigmas y sorprendiendo al mundo, empezando por ti mismo.

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Into the way

Pero “querer” no es lo único. Muchas veces hay otros factores que nos impiden hacer las cosas o al menos de la manera que las queremos hacer. En el caso de Einstein por ejemplo, tuvo la suerte de que el director del centro donde se examinó para acceder a estudios superiores de física, quedó impresionado con sus resultados en ciencias a pesar de suspender el exámen de acceso. Si esto no hubiera sido así, quién sabe, igual aún no sabríamos que todos somos átomos, y el pobre Punset se aburriría como una ostra.

“Yo soy un hombre ordinario al que las circunstancias extraordinarias convirtieron en un líder” Nelson Mandela

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¿Por qué le llaman autoayuda, cuando quieren decir autodestrucción?

“Querer” al final se convierte en intentar ejercer control sobre algo, y cuando se trata de cosas más simples o físicas puede que funcione, pero cuando intervienen factores externos, ahí no hay quien controle. Entonces esas frases de autoayuda pueden ejercer el efecto contrario y convertirse en armas muy peligrosas.

Empiezas a ver que no puedes, pero ¿cómo puede ser si lo quiero con todas mis fuerzas? Entonces te sientes inútil y viene la autodestrucción. Porque te culpas de tus fracasos.

La ilusión es una fuerza que mueve montañas, pero la realidad es que no todos tenemos las mismas capacidades ni aptitudes. Desde luego si no hay actitud no hay nada que hacer, pero no hay que menospreciar las condiciones de cada uno. Habrá ciertas capacidades que pueden aprenderse y entrenarse, pero otras no. El no ser conscientes de esto nos puede traer muchas frustraciones y conducirnos sin darnos cuenta a la infelicidad, y posiblemente a una depresión.

“Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su capacidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil” Albert Einstein

Además de esas habilidades innatas y de otras adquiridas, también se dan las circunstancias personales de cada uno y las condiciones externas. Por ejemplo tú no eliges ser hipertenso ni eliges cuándo se producen los desastres naturales o las guerras. Alguien que en otra época de mayor bonanza económica hubiera sido un ingeniero de éxito y se hubiera comido el mundo, en medio de la crisis actual probablemente tenga muchos obstáculos para encontrar un trabajo de “lo suyo”. Pero no por ello tiene que culpabilizarse de su “fracaso”, ni él mismo ni su entorno.

Querer no siempre es poder. La realidad se acerca más a un “poder es querer”

Así que después de escuchar durante años el Querer es poder, de repente vengo yo y digo que no, que todo eso son chorradas de coach.

Bueno, como te he contado a lo largo del artículo, yo mism@ me he sorprendido al desbancar una de las que ha sido mi máxima durante años. Realmente creo necesario que nos paremos a pensar qué es lo que hace que no consigamos nuestras metas, y que nos demos cuenta que el problema muchas veces no está en nuestro esfuerzo (o en falta de esfuerzo), sino en otros factores como la mala suerte, o que no hemos elegido el momento adecuado o en que igual no es algo que esté a nuestro alcance. Si no aceptamos esto y nos hacen creer que no hemos luchado lo suficiente, el efecto puede ser muy peligroso.

Tampoco ahora nos agarremos a esto para acomodarnos en el sofá a lo Homer Simpson y resignarnos. No podemos dejar de perseguir nuestros sueños, eso nunca! No hay que rendirse ni perder nunca la ilusión. El pensamiento positivo está demostrado que mejora la salud y nos conduce a la felicidad.

Por tanto, este artículo no trata sobre echar balones fuera o echar la culpa a los demás, no. Este artículo va sobre qué debe considerarse como éxito o como fracaso. El Éxito está en superarse a sí mismo, y no tanto en llegar el primero a la meta o en forrarte con tu negocio. Puede que tu empresa quiebre, pero si tú has luchado por ella, has aprendido por el camino y te ha proporcionado satisfacciones o pequeños éxitos, si has conseguido llegar a sitios que nunca hubieras pensado, conocer a ciertas personas o recibir un premio en Albacete, entonces has «triunfado».

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Sorprendidos por la tormenta, toca retirada

En EEUU, y cada vez más en Europa también, se valora más laboralmente a una persona que haya montado una empresa y «fracasado» con ella, que a las personas que nunca montaron una. Fracasar en tu empresa significa haber tenido la iniciativa de montar tu propio negocio y haber aprendido las reglas del juego, saber de mercados, de contabilidad, de un montón de cosas que sólo se aprenden enfrentándote a ellas. Aunque luego por el motivo que sea (probablemente también tengas algo de responsabilidad), la empresa se haya ido al garete… por mucho que hayas «querido».

Por último y como conclusión te dejamos un conjunto de prácticas que pueden ayudarte a conseguir tus objetivos sin caer en decepciones:

  • No te pongas retos inalcanzables. Esto sólo te llevará a la mayor de las frustraciones. Ve paso a paso, planteándote pequeños hitos para llegar a un super hito, recuerda que Roma no se construyó en un día.
  • Huye de la gente tóxica. Rodéate de la gente que te quiere y te aconseja lo mejor para ti. No dejes que la gente a tu alrededor te diga lo que eres capaz de hacer o no. Los límites los pones tú (pero recuerda, con objetividad!)
  • Disfruta del camino. Como dice Punset, a veces la felicidad está en la sala de espera de la felicidad. Así que no te obsesiones con las metas, disfruta de estar haciendo lo que has elegido.
  • No tengas miedo al fracaso. Recuerda que sólo el hecho de intentarlo significa aprender y llevarte muchas satisfacciones. Lo importante no es «triunfar» sino estar tranquilo por haber hecho todo lo que estaba en tu mano.
  • Sé flexible en las expectativas. Recuerda que hay factores internos y externos que influyen en el resultado.
  • Muerte al miedo. De ésta hablamos también cuando empezamos la sección de Vida Elástica. No dejes que el miedo te paralice, sólo mantente alerta pero no pierdas tiempo ni energía pensando todo lo que podría ocurrir antes de que ocurra.
  • Estudia, lee, no dejes de aprender. Acostúmbrate también a leer más ensayo y menos novela. Recuerda que los idiomas te llevarán muy lejos. Y observa también a la gente «triunfadora», gente como Steve Jobs, lee sus biografías, seguro que aprendes mucho de ellos.
  • Evita distracciones. Las pantallas, la tele, las consolas, el consumismo, son distracciones que no te harán sentir mejor a la larga, son sólo felicidad transitoria, no eches la tarde matando marcianitos.
  • No luches contra todo. Fluye y sé consciente de tus limitaciones y de las circunstancias en que te ha tocado vivir (al menos te has librado de la Edad Media! ;). Evita el desgaste innecesario.
  • Y por supuesto cree en ti. Y cree en tus decisiones. Recuerda que “querer” es uno de los factores más importantes. Si te caes, vuelve a levantarte (una buena opción si la cosa es grave es hacer el Camino de Santiago ;). Visualízate consiguiéndolo y escríbete tus objetivos o díselos al espejo cada mañana. No debes perderlos de vista, ya que hay muchas distracciones por el camino.

“Todo parece imposible hasta que se hace “ Nelson Mandela

Y tú qué opinas? Sigues pensando que querer es poder? Se abre el debate! Y si te ha gustado te dejamos que lo spamees en las redes!! :D