Circuitos de un día y dos días por Marrakech
Habíamos oído mil y una opiniones sobre Marrakech, lógicamente buenas y malas, así que nosotros también queríamos tener la nuestra. Curiosamente si preguntas a chicas que viajaron a Marrakech sin compañía masculina, la ciudad les encantó, en caso contrario, no tanto. A nosotros nos atraía bastante, la imaginábamos tan diferente, y habíamos oído y leído tantas historias sobre Marruecos, escenario de un montón de pelis y novelas, que era un viaje que tarde o temprano haríamos. Cuando vimos unos billetes a 50€ i/v, dijimos: ésta es la nuestra! :D
¿Nuestra opinión de Marrakech después de ir? Nos encantó conocerla, por esa atmósfera que la hace tan especial. Para nosotros es una ciudad que hay que visitar al menos una vez en la vida porque no te deja indiferente, pero, la verdad, no sabemos si volveríamos :O (aunque sí a Marruecos: el Atlas, los palmerales, las Kasbahs, el desierto que nos enamoró! y un largo etcétera…). En otro post que publicaremos más adelante explicaremos nuestra opinión y los sentimientos tan contradictorios que nos causaba Marrakech.
Un intento de orientarte en Marrakech, aunque te perderás
No perderte en Marrakech es como ir a Cádiz y no comer pescaíto frito, imposible. Así que vamos a intentar que al menos te sitúes sobre el papel.
Dando por hecho que estarás pocos días en Marrakech, nos vamos a centrar en La Medina, que es donde está la chicha de la ciudad. Medina en árabe significa ciudad, y viene a ser como el casco antiguo de Marrakech. El resto son barrios más modernos, con sus centros comerciales, sus restaurantes y discotecas, pero sin atractivo histórico.
Fuera de la Medina podría interesarte el Jardín de la Ménara, un jardín bonito y enorme, con lago, pero no de visita imprescindible, en nuestra opinión. Está cerca del aeropuerto y nosotros lo vimos desde el coche en el traslado del aeropuerto al centro.
También fuera del casco antiguo se encuentran los jardines de Majorelle, los de Yves Saint Laurent, que para nosotros tampoco tienen mucho interés. Aunque deben ser bonitos (con un diseñador al frente, al menos serán de diseño!), ya que se trata de un jardín botánico en medio del palmeral de Marrakech, no dejan de ser el capricho de un tío que andaba algo sobrado de pasta, el pintor francés que lo diseñó y dio nombre al jardín, y después, del famoso diseñador que lo compró y lo amplió (éste tenía aún más pasta).
La Medina de Marrakech, encerrada por la muralla y sus veinte puertas, está organizada de manera que la plaza Jemaa el-Fna queda en la zona centro-sur, junto con la mezquita Koutoubia. Hacia el noreste de la plaza sale el laberíntico Zoco o Souk y más al norte la Madraza Alí Ben Youssef. Al sur de la plaza están el Palacio de la Bahía, la Mellah o barrio judío, el Palacio el-Badi y las tumbas Saadíes.
A Marrakech, que son dos días!
Dependiendo del tiempo que tengas y el tipo de viaje que quieras hacer, dedicarás más o menos tiempo a Marrakech. Si vas con el tiempo justo, puedes hacer una visita exprés de un sólo día y más o menos te haces una idea, pero nosotros recomendamos que te quedes dos días. Ojo! …
…no te vayas de Marrakech sin vivir el atardecer y la transformación nocturna de la Plaza Jemaa el Fna, si no, te habrás perdido medio Marrakech!
Nuestra ruta de un día por Marrakech
Para los que les pique el culo por irse hacia el desierto o hacia su siguiente destino, un posible circuito para ver Marrakech en un día sería (luego dependiendo de donde te alojes adapta el itinerario si quieres, esto es sólo una idea):
Empezar en la madraza o medersa Ali Ben Youssef y seguir por el Zoco y la plaza Jemaa el Fna (aquí tómate un zumito recién exprimido como premio por haber conseguido salir del Zoco ;). Después visitaría el Palacio de la Bahía, una verdadera joyita, y atravesaría el barrio judío o Mellah (sin entretenerte mucho si quieres ver el resto), donde podéis comer. Y ya que estamos por ahí me acercaría a ver las tumbas Saadíes, que se ven rápido y son alucinantes, y al ladito, una de las puertas más famosas de la muralla, Bab agnaou. Volvería hacia la plaza Jemaa el Fna para ver la mezquita Koutoubia (por fuera, por dentro no se puede) y su jardín y su ambiente por la tarde, que mola también. Acabaría disfrutando el atardecer tomando algo en alguna terraza de la plaza, viviendo su transformación nocturna y cenando en alguno de sus chiringuitos.
Nuestra ruta de dos días por Marrakech
Los afortunados que tengan dos diazos enteros para ver Marrakech, pueden hacer la ruta anterior pero callejeando más por el barrio judío, añadiendo el Palacio el Badi, con unas vistas impresionantes de las azoteas y alminares de la ciudad y las montañas del Atlas al fondo. Además pueden disfrutar del Zoco, la Koutoubia y la plaza Jemaa el Fna con más tranquilidad. También es buena idea probar un hammam, (sobre todo si nunca antes habéis estado en uno no os podéis perder esta experiencia!), o visitar los jardines Majorelle o Ménara (aunque yo pasaría de los jardines).
Madraza de Alí Ben Youssef
Una madraza, aparte de ser una señora que mata por sus hijos, es una escuela islámica, en general religiosa, aunque también puede ser laica. La Madraza (también llamada madrasa o medersa) de Ben Youssef, construída en honor a este sultán almorávide, es la más grande de Marruecos, donde se juntaron hasta 900 estudiantes. Estuvo funcionando como escuela desde el siglo XIV hasta el 1960 más o menos, y después quedó como “museo”.
En realidad más que una escuela se trataba de una residencia de estudiantes, como nuestros colegios mayores pero sin tanta fiesta, ya que allí los estudiantes no recibían clases, sólo estudiaban y dormían. Mientras que las clases las daban en la mezquita que hay justo enfrente, la mezquita Alí Ben Youssef.
La visita a la madraza es bastante rápida, se ve perfectamente en una horita. A nosotros nos gustó mucho, aparte de por su belleza, porque se respira mucha tranquilidad a pesar de ser un sitio bastante turístico. Se agradece un poco de paz después de salir del barullo del zoco.
El edificio impresiona ya desde el vestíbulo, con unos techos y paredes labrados muy llamativos. Pero lo más bonito es sin duda el patio o claustro, con una fuente central y rodeada de arcos decorados con los típicos mosaicos marroquíes de colores y formas geométricas, conocidos como Zellij (no confundir con la peli de Woody Allen, “Zelig”, que nada tiene que ver). La parte superior de los arcos está de nuevo labrada en estuco y madera, y tiene unos balconcitos, que dan a las habitaciones de los estudiantes. El sitio recuerda bastante a la Alhambra de Granada, sobre todo por la decoración.
Después se visitan en la planta superior las habitaciones, más bien celdas (si medías más de metro ochenta te vetaban) de los estudiantes, que son de lo más sencillo, me imagino que para que no se distrajeran y se dedicaran al estudio.
Cómo llegar. La medersa Alí Ben Youssef se encuentra saliendo de los Zocos por el norte, en un callejón con arcos, a un lado de la plaza Ben Youssef. La plaza la identificarás enseguida por el alminar de la mezquita del mismo nombre. Aquí todo era del señor Ben Youssef.
Precio y horario. Hemos encontrado diferentes horarios así que confirmadlo bien, pero parece que abren de lunes a domingo de 8 a 17h. El precio es de 50 MAD (dírhams marroquíes, que vienen a ser como 4€).
Mezquita Koutoubia o Kutubía
Es uno de los iconos de Marrakech junto con la famosa plaza Jemaa el Fna. Aunque no se puede entrar, te recomendamos que te acerques a verla, si puedes mejor por la tarde, ya que muchos jóvenes, parejas o matrimonios con niños se acercan a la plaza y mola el ambientillo. Además se puede acceder a sus jardines y es un buen sitio para relajarse un rato o tomarse un refresco o un heladito (hay heladerías cerca!).
Se construyó allá por el siglo XII, en la época almohade del sultán el-Mansour, uno de los más activos que pasaron por Marrakech. Su nombre, que significa “vendedor de libros”, se debe a que cuando se construyó, muchos libreros plantaron por allí su chiringuito.
El alminar o minarete es lo más significativo y al parecer sirvió de modelo para la Giralda de Sevilla (y olé). Se caracteriza por las almenas en punta y los arcos entrelazados, típico de la arquitectura marroquí-andalusí.
Cómo llegar. Se encuentra a unos metros de la plaza Jemaa el Fna y su alminar de 70 metros es quizá lo único en Marrakech que no tiene pérdida ;).
Plaza Jamaa el Fna, Jemaa el-Fna o Djemaa El-Fna
Jemaa el Fna es el centro de la vida de Marrakech, o al menos de la Medina, una explanada enorme donde pasa de todo y perderás la noción del tiempo.
La plaza no destaca por la arquitectura que la rodea, no hay un ayuntamiento o una casa de la cultura, sino que lo llamativo de la plaza es el ambiente, su gente y el movimiento.
Es muy diferente verla por el día a verla cuando anochece, por eso te recomendamos que pases por allí al menos dos veces, de día y de noche, cosa que por otro lado es bastante fácil porque la plaza está como en el centro de la Medina, aunque a veces intentarás llegar a ella y acabarás dando vueltas por el laberinto de calles marrakechíes, qué sudores!
Por el día verás desfilar por allí calesas con turistas, motos, burros tirando de carros, señoras revolviendo en los tenderetes de ropa, encantadores de serpientes, tatuadoras de henna, vendedores de cualquier cosa, puestos de zumos… y por la noche se unirán a la fiesta los juglares, los músicos bereberes, acróbatas, los restaurantes (chiringuitos con hileras de mesas y bancos) y su humareda, en los que puedes comer cualquier cosa a la parrilla, ensaladas o los típicos caracoles…
Si tienes que elegir, el mejor momento para pasar por Jemaa el Fna es al atardecer. Te recomendamos subir a una de las terrazas que hay alrededor de la plaza a tomar algo o cenar, y observar el circo que se va montando mientras el sol se pone a espaldas de la mezquita Koutoubia. Una pasada. Y más tarde también es una buena estampa ver desde arriba el ajetreo de la plaza, mezclado con las humaredas de los restaurantes y las bombillitas de los puestos. Para dejarte unos cuantos gigas en fotos!
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Los Zocos o Souks
Los Zocos son los típicos mercadillos de los países árabes. Incluso si no te interesa comprar ni regatear lo más mínimo, deberías meterte en el Zoco de Marrakech porque es un auténtico museo y un buen escaparate de lo que se cuece por allí.
Está formado por callejones estrechos cubiertos con lonas y banderas de Marruecos, que hacen unos juegos de luz muy chulos cuando los rayos del sol se cuelan entre ellos. En general son bastante oscurillos y están llenos de gente y tráfico de todo tipo, me refiero a burros, carros, motos, señoras, niños… no a otro tipo de tráfico, que en Marruecos para nada!
Aunque existen mapas del Zoco, te recomendamos que te dejes llevar y pasees por sus calles, descubriendo sus rincones, ya que el Zoco se divide en varios mini Zocos dedicados a una misma temática… no si al final no son tan desorganizados, es todo fama ;). Hay zocos de casi todo, del cuero, de joyas, de pieles, de los herreros, de frutas, de lutieres…
Nosotros lo visitamos al libre albedrío porque intentamos seguir un mapa y acabábamos perdiéndonos todo el rato. Luego también, pero al menos no te sientes un panoli mirando un papel que no eres capaz de interpretar.
Así nos cruzamos con un vendedor muy majete que nos hizo un tour por el Zoco de los tintoreros, y nos metió hasta la cocina! Vimos cómo trabajan los tintes en hornos a alta temperatura, cómo los aplican a las lanas y telas y por último nos llevó a una azotea donde las cuelgan a secar. Hileras de lanas colgando, de colores imposibles, que nos impactaron mucho. Y todo eso sin pedir propina ni intentar vendernos nada, aunque lógicamente se la dimos y él lo sabía, pero ya es un punto que no te la exija, tal como se las gastan aquí.
También nos pasamos un buen rato en el Zoco de las aceitunas, probando sus diferentes aliños, algunos rarísimos y en general bastante fuertes, a tope de especias, muchos de ellos con toques de comino, que es su ingrediente preferido. Aquí si picamos y nos hicimos con varios botes para llevarnos a casa. Nos pierden las aceitunas!
Cómo llegar. Puedes entrar por muchos sitios, nosotros entramos sin darnos cuenta desde el riad donde dormíamos, pero si quieres ir a lo seguro, entra por la plaza Jemaa el Fna, por la zona norte, la esquina opuesta a la que te lleva a la Koutoubia.
Horario. El Zoco se abre desde bien temprano hasta por la noche. Algunos puestos empiezan a cerrar por la tarde, así que es mejor pasar por la mañana, sobre todo si queréis estar un rato, o buscáis algo en concreto.
Palacio o Palais de la Bahía
El Palacio de la Bahía debió ser como un auténtico resort para los visires y sultanes que lo regentaban. Con sus 8 hectáreas, tardó unos 14 años en construirse, allá por finales del XIX, y sus paredes fueron testigos de fiestas, torturas, traiciones, venganzas… una especie de Falcon Crest vamos. En la actualidad lo usa el rey Mohamed VI para hacer sus fiestas, muy sencillo él.
No se puede visitar entero pero te dará igual porque lo que ves te dejará con los ojos en blanco. Impresionantes sus paredes de estuco labrado, sus techos de madera tallados y sus mosaicos Zellij. Verás el harén, y varios salones, además de los patios que comunican estas estancias.
Cómo llegar. Está como a 1 km de la plaza Jemaa el Fna hacia el sureste, en la zona del barrio judío. Puedes ir perfectamente andando desde la plaza, saliendo por la calle Riad Zitoun (cuidado si vas con el tiempo justo, que hay probabilidades de que te pierdas).
Precio y horario. La entrada vale unos 10 dirhams (1€). Cuando fuimos abrían de 9 a 16.30, pero aseguraos del horario por si ha cambiado.
El Mellah o barrio judío
A los sultanes les molaba tener cerca a los judíos, ya que eran buenos comerciantes, hábiles artesanos y estupendos diplomáticos, pero tampoco tan cerca que se mezclaran con los musulmanes y hubiera jarana. Así que se los habilitó un espacio en la ciudad para ellos, lo que se conoce como Mellah.
El Mellah de Marrakech se creó en el siglo XVI por Moulay Abdallah, de la dinastía saadí, y aún hoy guarda un gran interés histórico. Te recomendamos pasear por el barrio y acercarte a la Place des Ferblantiers, una tranquila plaza con palmeras y rodeada de puestos de artesanos (a nuestro parecer algo más caras que las del Zoco). Además hay varios restaurantes alrededor de la plaza en los que se come bastante bien. Si no tienes tiempo no es visita imprescindible.
Cómo llegar. Está justo al lado del Palais de la Bahía, continuando un poco más hacia el sur.
Palacio El Badi
Para nosotros este palacio sería uno de los imprescindibles de Marrakech por dos motivos: el primero, las impresionantes vistas que tiene a las azoteas de la ciudad, la Koutoubia y las montañas del Atlas al fondo; y el segundo, por ver la inmensidad del palacio y el brutal saqueo posterior, éstos no se andaban con tonterías!
El palacio fue construido a finales del siglo XVI por Ahmed el-Mansour que no escatimó y lo cubrió de oro y turquesas. Pero desgraciadamente fue saqueado a finales del XVII por el sultán alauí Moulay Ismail que se encaprichó de él y se llevó toda la riqueza y joyas del palacio para construir la ciudad de Meknes.
Debido a este saqueo no se conserva nada más que la estructura exterior del palacio y una gran explanada en el interior con un estanque y salpicada de naranjos, pero pasear por esos enormes pasillos es bastante impactante. Además subir a la terraza y disfrutar de esas preciosas vistas de la ciudad ya merecen acercarse hasta allí.
Cómo llegar. El palacio el-Badi se encuentra justo al sur de la plaza des Ferblantiers del barrio judío.
Precio y horario. 10 MAD o dírhams (algo menos de 1€). El horario cuando fuimos era de 9 a 16.30, pero hemos encontrado por internet diferentes horarios, así que puede que haya cambiado.
Tumbas Saadíes
Las tumbas fueron construidas por Áhmad al-Mansour en el siglo XVI para él y su extenso harén, familia y servidumbre.
Esta especie de resort que construyó el sultán saadí para su eterno descanso después de tanta guerra y tanta fiesta en palacio, consta de unos jardines con unas 100 tumbas para sus esposas, sirvientes y soldados. Los bonitos jardines, plagados de coloridas tumbas, conducen a tres mausoleos, donde descansan él y su familia. Destacan la sala “de las Doce Columnas”, con el nicho del propio sultán, y la “de los Tres Nichos”, donde se enterraron a los tres príncipes.
En todas las salas veremos una decoración impresionante y sobrecargada, con columnas de mármol, suelos de mosaico, paredes de azulejos, techos y arcos de madera y estuco tallados, una obra de arte con tantos detalles que a primera vista parece inabarcable.
Las tumbas saadíes fueron descubiertas en 1917 y desde entonces se abrieron al público. Se pueden ver en una media hora y merecen mucho la pena.
Al salir de las tumbas puedes acercarte a la muralla que rodea toda la Medina. Justo a esa altura se encuentra una de las puertas de entrada a la Kasba más interesantes, conocida como Bab Agnaou. Fue construida en el siglo XII y se le considera una obra maestra del arte almohade, destacando la superposición de arcos de medio punto.
Cómo llegar. Están muy cerquita del Palacio el-Badi, en la parte de atrás de la mezquita de la Kasba.
Precio y horario. Las tumbas abren de 9 a 16.45 (confirmar esto por si acaso) y el precio es de 10 dírhams (1€).
Agarra la toalla y pal Hammam
Nosotros no fuimos a ninguno ya que habíamos vivido esa experiencia en Estambul y preferimos dos días de atardeceres a cambio de uno + hammam. Pero si nunca has estado en uno, no te pierdas esta experiencia porque mola mil.
Como en Marrakech no estuvimos en ninguno no te podemos recomendar, pero por lo que nos han contado algunos amigos, los más auténticos (y a la vez baratos) son el que está por la zona de la madraza Alí Ben Youssef, el Bain d’Or, pequeñito pero con encanto, o los dos que están hacia el oeste de la madraza, muy cerca de la mezquita Bab Doukkala: el hammam Bab Doukkala del siglo XVII y pegado a la mezquita, y el Dar el-Bacha, con techos abovedados altísimos. Están en edificios más antiguos con una arquitectura más impactante que los turísticos (en riads y hoteles), pero eso sí, no suelen estar tan limpios.
Recuerda llevarte unas chanclas, toalla, bañador, esterilla y un cambio de ropa interior. Si vas a los antiguos (no los turísticos) llévate también el guante y el champú. El precio de los antiguos ronda los 10 dírhams (como 1€) si sólo pagas entrada, entrada con masaje exfoliante (gommage) son unos 30-50 dírhams (3-5 €) y el masaje (cuidado que pegan unas hostias que pa qué!) sale por unos 100 dírhams (10€). Y ojo que los horarios y precios son diferentes para hombres y mujeres, cosa curiosa, sí señor.
¿Te han entrado ganas de viajar a Marrakech? ¿O ya has estado y nos quieres recomendar algún otro sitio imperdible de la Ciudad Roja? Cuéntanoslo en los comentarios!!
mayo 6, 2016
Fantástica vuestra visita a Marrakech! Nosotros no pudimos hacer una visita tan completa por el poco tiempo del que disponíamos, aunque supongo que también se puede utilizar como excusa para volver :P
Muy chulo el blog, saludos!
mayo 7, 2016
Muchas gracias por el comentario!! :D
Nosotros somos muy de explrimir al máximo cada día, y con Marrakech no fue menos jejeje (también somos de los que necesitamos unos días de relax después de cada viaje ;D).
Lo importante de un sitio es quedarse con ganas de más, siempre falta cosas por ver o vivir!!
Un abrazo ;)
abril 18, 2016
Un choque cultural a solo unas horitas de España. Yo me iría Marrakech, pero después del «agobio» de la ciudad, acabaría en el desierto,atlas,…para acabar tranquulito el viaje. :)
mayo 4, 2016
Buenas Eu!
Muchas gracias por el comentario! ;) La verdad es que una vez que te pierdes por la medina parece que estás en otro mundo… Es un viaje que no te deja indiferente!
Un abrazo!:D