Historias delirantes de nuestro crucero fluvial de 8 días por el Rin
Hace unos meses tuvimos la suerte de hacer nuestro primer crucero chispas (lo siento, pero soy de esa generación, si oigo “primer” tengo que añadirle “chispas”). Era un premio que nos había tocado en un concurso (a lo que dedicaremos otras entradas más adelante) y nos creaba mucha expectación. Nos sentíamos demasiado “jóvenes” para hacer un crucero, aunque tengo que reconocer que la experiencia fue divertidísima y en muchos casos bastante surrealista. Y es que un crucero es un viaje totalmente diferente a cualquier otro que hayas hecho.
En este caso se trataba de un crucero fluvial de 8 días por el Rin y el Mosela (ah y el Meno, no le hagamos de menos!). Hablamos de Alemania, y de una zona de viñedos empinados imposibles, castillos y pueblos medievales, vestigios romanos y mucho mucho encanto. Y el hecho de verlo navegando por un río que te sitúa en medio de la escena le añade un puntito de originalidad.
Viajar a bordo de un crucero no es como llegar a tu hotel, entrar y salir cuando quieras, ir a tu rollo y modificar la ruta sobre la marcha. En un crucero las cosas funcionan de otra manera. El crucero es como una mini-ciudad ambulante, con su engranaje y su población de tamaño considerable, entre viajeros y tripulación, por lo que para que todo vaya en orden tiene que tener sus propias normas. La idea es que el turista está allí para disfrutar, y de pensar ya se encargan otros. Atento a las cosas curiosas que sólo ocurren en los cruceros!
El azafato orquesta
En todos los cruceros hay uno o varios animadores y/o artistas para animar a los pasajeros, que entre otras cosas vienen fundamentalmente a eso, al jolgorio. En nuestro caso había un oficial de segunda-animador-monitor de gimnasia-speaker muy gracioso y con cero complejos para hacer un poco el ridículo y sacarnos a todos una sonrisa (lo conseguía! Qué personaje!). Era un francés de tripa cervecera que se encargaba de todas las actividades lúdicas del barco. Una especie de hombre-orquesta, que de repente era traductor, de repente humorista, ahora azafato de navegación (de los que te hace una exhibición de cómo ponerte el chaleco salvavidas) y después monitor de gimnasia. Fue muy gracioso verle con el uniforme de tripulación saludándonos al embarcar y después con peluca haciendo el ganso.
Todos a proa
Esto imagino que es más común en los cruceros fluviales que en los marítimos. Durante la navegación, la gente va normalmente dispersa por el barco, y según vas pasando por lugares de interés turístico o histórico, una locución te va contando lo que vas viendo. En cuanto la locución aparece, instantáneamente la gente se agolpa en los ventanales o en la proa para ver qué se cuece por allí (sobre todo si hace malo para salir a la terraza o puente superior). El paso por Loreley (una de las mayores atracciones de nuestro crucero por el Rin Romántico) fue como si en lugar de la sirena Loreley hubiera aparecido el mismísimo Obi Wan Kenobi en la Comic-Con!
Presentación de la tripulación a lo estrellas de circo
Lo que oyes. El primer día nos congregaron a todos en el salón-bar, el animador-azafato-monitor-de-gym agarró el micro y uno a uno fue presentando a todos los miembros de la tripulación a voz en grito y en medio de aplausos y música de despedida de soltero. Desde el cocinero hasta el capitán, pasando por servicio de limpieza, técnicos y camareros. Parecían estrellas circenses, algunos pasando más vergüenza que otra cosa, y mirando al infinito para no cruzar la mirada con ninguno de los pasajeros jeje… menudo numerito!
El brindis con el capitán, mi capitán
Como ya estás en el último día, ya sabes un poco de qué va la movida del crucero y piensas que ya no te pillan, nada te puede sorprender. Pues sí, este momento es de los más delirantes del crucero a la par que divertidos. Nos reúnen a todos de nuevo en el salón de las fiestas y cuando estamos todos ya sentados con nuestra copa de champagne en la mano y nunca antes, aparece él, el capitán pescanova. Muy sonriente y con unos coloretes delatores de haber hecho previamente la cata del champagne, levanta la copa y hace un brindis con todos sus pasajeros. Los traductores hacen lo propio (llevábamos español, ruso, francés e inglés) y la estrella se pasea por las mesas chocando la copa con todos y cada uno de nosotros. Viva el capitán!
Beber sin medida
En nuestro crucero (y en muchos de ellos) las bebidas estaban incluidas, y esto nos dio mucho la vida. Llegar de una excursión y tomarnos la cervecita o el cocktail del día con unos snacks en la terraza viendo pasar castillos fue uno de los mayores placeres del viaje. Y así enganchabas una con otra y al final íbamos todos de un contento. El crucero de la alegría.
[magicactionbox id=»3393″]El toque de queda
Los cruceros están hechos a prueba de impuntuales. Cuidadito con los horarios, que te dejan en tierra firme. El sistema que usaban en nuestro crucero para controlar los movimientos de la gente que sale del barco era un pelín rudimentario, aunque mejor eso que implantarnos un microchip subcutáneo. Cuando llegábamos a un puerto, al salir apuntabas en un listado el número de tu camarote y las personas que salían, y al volver cada persona hacía una x en su número de habitación. Luego un poco de matemáticas de primaria y ahí lo tienes. En la única puerta de salida, ponían un cartel con la hora en la que el barco partía de nuevo. Nosotros el primer día pensábamos que era algo aproximado (qué quieres?! Nos pudo el ansia de ver Frankfurt! y además somos españoles!), llegamos 4 minutazos tarde. Nos calló la del pulpo!
Las noches de animación y los concursos adictivos
Aquí es donde el crucero y todo lo que le rodea cobra sentido. Y entiendes por fin que el barco es en realidad el protagonista del viaje, no el Rin ni los castillos, ni Maguncia, ni Coblenza, ni Oberwessel… el propio barco.
Durante el crucero hay mañanas o tardes o incluso días completos en los que el barco navega y de alguna manera tienen que entretener al personal. En los cruceros marítimos hay mil distracciones, pero quizás en los fluviales, al ser el barco más pequeño, hay menos opciones. Está todo pensado. Cada día plantean un concurso del tipo: identificar a personajes famosos a partir de fotos de su infancia, acertijos para pensar… Al principio nos daba la risa, parecía que estábamos en un centro de ocio de la tercera edad! Pero al final estábamos más enganchados que los abueletes! jeje Y claro, algún premio nos llevamos! ;D
Y como las noches no son para pensar, después de la cena organizaban animación tipo Bingo, karaoke o discoteca… Incluso uno de los días hicieron un show, en el que los artistas eran los propios miembros de la tripulación! Insuperable! La de la limpieza, el camarero y el recepcionista bailando el Danza Kuduro, muuuucha magiaaa! :D
Habitación Tetris
No te explicas cómo en una habitación tan pequeña caben tantas cosas, y eso sin sentir ni gota de claustrofobia. El armario, la cama doble, mesilla de noche, escritorio con cajones y silla, perchero, otro armario?? no! es el baño! De alguna manera que rompe todas las leyes de la física han conseguido meter ahí ducha, váter, espejo, papelera, toallero, perchero y lavabo. Y cuando parece que ya está todo, se despliega desde el techo la televisión! Qué no nos falte de ná!
Los yayos dándolo todo
Ahora que hemos hecho uno ya sabemos por qué la gente de avanzada edad son tan fans de los cruceros. Para ellos es un paraíso, la vuelta a la adolescencia, el lugar donde no tienen responsabilidades, donde no hay hijos, ni nietos y a veces ni marido :( así que es el lugar perfecto para desmelenarse y darlo todo. Para algunos es un guateque de 8 días, como un viaje fin de curso, qué energía chacho! Imposible seguirles! ;)
Excursiones Express
Las excursiones en los cruceros son una especie de Pekín Express pero sin tener que buscarte la vida. En realidad, ésa es la gracia, el conocer en muy poco tiempo muchos lugares diferentes sin que te explote la cabeza. El mecanismo es muy sencillo, te recogen en el barco, te hacen un tour por la ciudad en bus, y después andando te llevan a los sitios más destacados, mientras un guía con pinganillo te va contando todo lo que deberías saber sobre la ciudad de turno. Qué pasaba? Que nosotros queríamos más, así que mientras los abueletes se quedaban en alguna atracción, de compras, tomando un café o yendo al baño (menudas colas montaban! jeje), nosotros nos escapábamos y nos hacíamos la otra mitad de la ciudad. Eso sí era el Pekín Express! Corriendo mientras miras el mapa, y calculando los minutos y segundos que quedaban para que se fuera el bus/barco ;D. Al final, terminábamos más cansados que los yayos y luego en la disco no había quién les siguiera el ritmo!
La lotería de las mesas
En el crucero había pocas cosas que pudieras elegir, ni falta que hace! (ya hemos dicho que es un viaje diferente! Un viaje para no pensar… Y en realidad, ya lo elegiste todo previamente al contratar este viaje y no otro, no?). Así que no elegirás la comida, los horarios, los sitios donde parar… ¡¡ni con quién te sientas a la mesa!! Normalmente en los cruceros te asignan una mesa donde cenarás (y a veces también comerás) todos los días y que compartirás con quien te asignen, y siempre con los mismos. Esto puede salirte bien o puede ser la pesadilla del viaje. En nuestro crucero vimos mesas muy folclóricas y vimos otras donde se cortaba el aire. Si éste es tu caso, siempre te puedes agarrar a la botella de vino y aquí paz y después gloria. (Aclaro que en nuestro crucero las bebidas iban incluidas en el precio ;)
Cualquier excusa es buena para encender una bengala
Bodas de plata, bengala. Cumpleaños, bengala. Recién casados, bengala. Y como es un viaje típico para celebrar este tipo de cosas, pues las bengalas son noche sí, noche también (es como si necesitaras esa excusa para hacer un crucero… crucero por nuestro aniversario? Vale! Crucero porque sí? mmmm ;) pero también es verdad que los cruceros suponen a veces un buen desembolso). El caso es que todos los días, a mitad de la cena, numerito del camarero con el pastel y la bengala. En los cruceros gusta más un micro y una bengala que a un tonto un boli ;)
Verlo todo en modo travelling cinematográfico
En un crucero de este tipo siempre está ocurriendo algo, ya que la navegación, el camino, es parte importante del viaje. Es muy curioso ver el paisaje pasar y sentir que si te lo pierdes ya no vuelve, es como si fueras contínuamente en un vagón de un parque de atracciones, o como si vivieras en un travelling de los de las pelis, pero infinito jeje..
Hasta las servilletas se vistieron de gala
Ese último día desde la mañana, o más bien desde el día anterior en la cena, ya se va oyendo hablar de… la cena de Gala. Así que estás intrigado y esa noche vas hacia el salón (con tu camisa y el pantalón más decente de tu armario) pensando: a ver qué me espera ahora. Pues si ya el barco es de lo más ostentoso (rozando lo kitsch) y es difícil encontrar una esquina que no brille, esa noche casi deberías haber salido con las gafas de sol. Por un momento estamos rodeados de estrellas de cine en la gala de los Oscar. De verdad que allí había muuuucho glamour, la gente eso de Gala se lo toma muy a pecho. Hasta las servilletas iban de chaqué! Lo que no sabemos es el tamaño de las maletas con las que viajaba la gente! Menudo despliegue!
Podríamos contar mil anécdotas más, porque un crucero da para mucho, y el primero de tu vida es lo que tiene, que todo es sorpresa. Lo que es verdad es que de todas estas situaciones lo que te queda son muy buenos recuerdos y unas ganas de reír constantes al recordarlas. Sin duda una gran experiencia!
Si tú también has hecho un crucero cuéntanos qué cosas te sorprendieron a ti o si también has vivido alguna de éstas! Y si te ha gustado el post nos ayudaría mucho que lo compartieras en Facebook!! ;)
junio 16, 2022
Qué viaje tan divertido, los de las servilletas es lo más. Un crucero es algo a lo que todo el mundo debería ir en la vida, al menos una vez.
Saludos.
junio 14, 2016
Por favor, decir qué crucero es ese!!!!!!
Qué ganas!! :D
junio 23, 2016
Hola Sergio!
La verdad es que nos lo pasamos muy bien, además es increíble poder disfrutar de los paisajes desde el barco.
En el Rin y el Mosela hay muuuchas compañías que hacer cruceros fluviales, desde un día hasta más de una semana… seguro que encuentras la que mejor te encaja.
Un abrazo
abril 6, 2021
Los barcos de Croissieurope son inconfundibles, los fabrican ellos mismos. si no me equivoco es el Moguiliani. En Estrasburgo tienen 7 barcos.
Gran relato, este crucero lo hicimos hace años y fue maravilloso.
abril 16, 2021
Hola Oscar!
Pues creo recordar que sí, el crucero por el que recorrimos el Rin y el Mosela fue el Moguiliani. Qué ojo tienes! 🧐 jejeje
Fue una pasada, la verdad que poder ver todos esos castillos del Rin, poder ver los viñedos del Mosela, todo a cámara lenta… una pasada este crucero fluvial.
Un saludo!
septiembre 23, 2015
Contado así parece muy divertido, dada la fama que tienen… ¿Tenéis comisión del crucero? ¡Pues deberíais! :D
¡Un saludo!
septiembre 30, 2015
Nosotros nos lo pasamos genial, sabíamos que seríamos los babys del crucero, así que igual porque íbamos mentalizados e imaginando lo peor, luego nos sorprendió… Es un viaje al que la gente va con muchas ganas de fiesta así que eso siempre ayuda! Aunque es verdad que no sé si hubiéramos hecho un crucero de no ser por el premio… como comentábamos en el post, pensábamos que a nuestra edad…
Lo de la comisión estaría muy bien pero precisamente nos olvidamos de hacer publicidad de la compañía! ;)
Por cierto hemos echado un vistazo a tu blog y está muy guay! Enhorabuena!! :D
septiembre 22, 2015
Jijiji, yo es que hice exáctamente el mismo crucero, puede que el mismo barco y con una media de edad similar XD
Súmale que yo iba de «encargada» de mi grupo (la que contaba jubiladas no sea se me perdiera alguna) mismamente, encabezado por Maruchi, funcionaria histórica de 94 añazos que todos los días se tomaba una copilla de champán en el salón parroquial de arriba y no se perdía una. En nuestro caso los juegos los ganaba siempre alguien de mi grupo, por lo que teníamos a los otros fritos de lo listos que éramos.
Recuérdo pasármelo teta… y no, no hay ningún crucero en el que descanses porque lo quieres ver todo!!!
septiembre 30, 2015
Jajaja qué casualidad! La verdad es que parece que te vas a aburrir y luego no paras…
En nuestro crucero también había una señora muy mayor, de unos 80 y muchos, pero era una moderna con deportivas doradas a lo Paulina Rubio y maquillada como una actriz de Hollywood, la caña la señora…
Salón parroquial?? en serio? jeje en el nuestro no vimos ninguno..
Un abrazo y muchas gracias por compartir tus aventurillas del crucero!
septiembre 20, 2015
Me he reído un montón con vuestro crucero y me a traído recuerdos de mi primer crucero que fui con mi maridó mi hijo de 3 años otro de 1 año y el pack suegros y padres ni os podéis imaginar no tuvo desperdicio ,aún me pregunto como se nos ocurrió¡!
septiembre 21, 2015
jajaja Qué valiente! Nos imaginamos el panorama, sólo os faltaba la mascota!! Tus 14 situaciones serían de traca… ;D
Nos alegramos que lo hayas pasado bien con el post, muchas gracias por leernos y dejarnos tus comentarios!
Un abrazo Nuria!
septiembre 17, 2015
Me ha encantado leerlo, jaja muy buenos detalles :)
PD: Yayos forever!
septiembre 21, 2015
jajaja gracias por leerlo Juan! Nos alegramos que lo hayas disfrutado! Ahora a ver si te atreves a hacerte uno ;)))
PD. Sí sí! a tope con los yayos!